Manchas: todo lo que tenés que saber

El que esté libre de manchas en el rostro, escote o manos, que tire la primera piedra. Es que las manchas afectan a mujeres y hombres y se producen por motivos inevitables, como el paso del tiempo y la exposición solar.
En algunos casos se suman otros factores: cambios hormonales, determinados medicamentos y predisposición genética.
Si bien hay que prevenirlas todo el año, los tratamientos se realizan durante los meses de otoño e invierno, ya que los activos y tecnologías que cumplen este propósito son fotosensibles, es decir su uso es incompatible con la luz solar.
Solo la evaluación de un médico especialista puede determinar de qué tipo de mancha se trata.  “Hay manchas superficiales, que son epidérmicas, otras más profundas, llamadas dérmicas, y  algunas que son mixtas: epidérmicas y dérmicas. El tratamiento dependerá del tipo de mancha y de la profundidad a la que se encuentre”, indica Velia Lemel, directora Médica de Clínica Lemel.

Clasificando manchas

Las primeras manchas en aparecer son las pecas, la mayoría de las veces se desarrollan en la niñez y es más habitual en aquellos niños muy rubios o pelirrojos. En general, son hereditarias y con el paso de los años permanecen, a lo sumo se atenúan un poco durante el invierno. No requieren tratamiento.
Los lentigos, en cambio, sí se relacionan con el envejecimiento y la exposición solar.  Son lesiones de color amarronado que suelen aparecer después de los 30 años en aquellas zonas más expuestas al sol, como rostro, manos, cuello y escote.
“Muchas veces, de forma vulgar y antipática, se las conoce como manchas seniles, pero también pueden aparecer en adultos jóvenes que tomaron sol sin protección y recibieron quemaduras importantes, eso hace que la pigmentación quede irregular y se generen estos lentigos”, explica Lemel.
Para reconocerlos y diferenciarlos de otro tipo de manchas es importante prestar atención a su color, que es siempre uniforme, y a su forma: regular y con bordes bien definidos.
Los melasmas, en cambios, son manchas irregulares. Aparecen por una predisposición genética que se gatilla debido a cuestiones hormonales –toma prolongada de anticonceptivos,  embarazo, etc.- o a la exposición solar.
Si bien es mucho más frecuente en las mujeres, los hombres también presentan melasmas. “Se puede dar en hombres que por su trabajo están demasiado expuestos al sol”, cuenta Lemel.
Se ven en la frente, las mejillas, el mentón, el labio superior.

Tratamientos

La clasificación de manchas es clave porque de eso depende el tratamiento a seguir y también marca la pauta de cómo podría llegar a responder.
El ranking de lo difícil lo encabeza el melasma. Lemel lo explica: “Es bastante rebelde… se probó muchísimo con láseres, pero son caprichosos y tienden a volver; en algunos casos incluso, al usar láser queda más manchado, entonces prefiero tratarlas con diferentes tipos de peelings”.
En ese caso suelen utilizarse peelings de Ácido Mandélico o una mascarilla importada llamada “Cosmelan”, que está compuesta por principios activos despigmentantes.
En consultorio se realiza una limpieza profunda, luego una microdermoabrasión con punta de diamantes para exfoliar y, a continuación, se coloca la mascarilla. El paciente se va a su domicilio y 12 horas más tarde retira el producto.
Una semana después de concluido el tratamiento se ven los resultados, que son muy buenos, ya que atenúa las manchas en un 95%.
Para los lentigos solares sí funcionan muy bien los láseres, como la luz pulsada intensa. Además de eliminar manchas tienen otros beneficios: minimizan poros y dejan la piel más suave y sedosa.
También se puede utilizar el microneedling, que son micropunciones en la piel, con vitamina C o algún vehículo despigmentante, como ácido mandélico o ácido tranexámico; este último “es bastante novedoso como tratamiento para manchas, se puede aplicar por microneedling o tomar pastillas por boca”, indica Lemel.