Perdida de Firmeza y Flacidez Corporal
Es la pérdida de la firmeza y elasticidad de la piel. Suele comenzar entre los 30 y 35 años, y se hace más pronunciada hacia los 40. Es el tipo de flaccidez habitual, asociada a la edad, y sucede con más frecuencia en las mujeres.
La flacidez cutánea se debe a la ruptura y pérdida de las fibras elásticas propias de la dermis y a la disminución y envejecimiento de las fibras del colágeno que se encuentra en la dermis. Esto se da por la disminución de la producción de las mismas por parte de los fibroblastos, células encargadas de su síntesis. Existen factores asociados como la obesidad, los embarazos (especialmente la multiparidad, por exceso de distensión abdominal), el adelgazamiento brusco, los cambios reiterados de peso, el sedentarismo, la exposición exagerada al sol y una alimentación pobre en proteínas y con exceso de glúcidos y harinas, que favorecen este proceso.
La flacidez puede ser exclusivamente cutánea o estar asociado a flaccidez o pérdida del tono muscular, debido a la inactividad muscular por falta de ejercicio.
¿CÓMO SE TRATA?
Existen varios tipos de procedimientos que usan diferentes tecnologías con el fin de estimular la producción de nuevo colágeno o regeneración del mismo, para así poder restituir la piel fláccida. El calor, el daño físico de las fibras de colágeno o los factores de crecimiento, son lo que van a estimular los fibroblastos para que produzcan nuevo colágeno o regeneren el mismo. Por lo general, y según el grado de flaccidez, se va a necesitar combinar diferentes tecnologías para lograr mejores resultados. Los tratamientos con los que contamos para tratar este problema son: