¿De qué se trata?

¿QUÉ SON?

Las arrugas finas o profundas y los surcos son signos del envejecimiento cutáneo, que se debe a fenómenos de la expresión y movimiento de los músculos faciales y por la gravedad o ciertas posturas que pueden favorecer a que se marque la piel. Es importante saber la diferencia entre arrugas y surcos o pliegues, ya que los surcos están desde el momento del nacimiento y son naturales mientras no estén muy acentuados, en cambio las arrugas empiezan a aparecer a partir de los 25 años según la gesticulación de la cara y el estilo de vida de cada uno. Otro factor que tenemos que tener en cuenta es que una piel reseca o deshidratada y fina, es más facil que se arrugue, que una piel gruesa, grasa o bien hidratada. 

Existen cuatro tipos de arrugas:

DINÁMICAS: Se forman por los movimientos faciales repetitivos, como fruncir el ceño, sonreír, entrecerrar los ojos y fruncir la boca. (ej: frente, patas de gallo y entrecejo).

ESTÁTICAS:  Son aquellas que aparecen debido a la pérdida natural del volumen del tejido, de colágeno y de elasticidad. Corresponden a los pliegues naturales de la piel.

GRAVITACIONALES: Son las arrugas que se producen como consecuencia del proceso de envejecimiento. (ej: arrugas en zona de ojeras, a los lados del mentón o cuello).

MIXTAS: Son las que aparecen por acción de la gravedad, los movimientos faciales y el envejecimiento.

¿CÓMO SE TRATA?

Para el tratamiento de las arrugas y surcos es importante primero entender la causa de porqué se originó el problema que queremos tratar y para eso es fundamental la entrevista previa con el médico el cual armará el plan de tratamiento más adecuado. Las opciones pueden ser: